TALLER: * CICLO DE PINTURA-ARTETERAPIA*. Facilita IRENE MEGINA.

Este ciclo de pintura-arteterapia en el que pintamos con las manos y en pared lo que posibilita una alta conexión con el cuerpo: las reacciones, las sensaciones y el movimiento nos dan información para actuar sobre el lienzo, a saber, cuidando lo valioso y modificando lo que nos genera inquietud, aceptando zonas o mostrando con más  claridad, etc. Todo este proceso asentado sobre la base  la ingeniería emocional.

Mientras nuestra vida esté la estrada con asuntos inconclusos, lo que nos desconecta del aquí y ahora estas figuras aparecerán una y otra vez en un afán incesante de completarse. Con la pintura tenemos una herramienta para hacerlas visibles, para tocarlas, para sentirlas y para completarlas. Solamente tenemos que pintarlas para ver lo que necesitan y darnos el permiso de hacer precisamente lo que nos piden, aunque con ello entremos en discrepancias con lo que pensamos.

Desde una visión estática la pintura es un vehículo privilegiado para explorar nuestros espacios internos y ayudarnos a hacernos responsables de lo que también somos. Pintar vincula a la persona a la parte que sana de sí misma. Esa parte que empuja por abrirse camino aunque esté tapada bajo una gruesa capa de defensiva y tras la cual está todo el potencial de lo que somos.

Las fechas y horarios

Quedaremos los domingos por la mañana a excepción de algunos que ya están reservados en mi agenda. Comenzamos el domingo 9 de marzo de 10:00 a 13:30 h.

Facilita: Irene Megina. Creadora de la escuela de risoterapia de Madrid. Con 20 años de experiencia en el acompañamiento de autoconocimiento y crecimiento personal. Facilitadora de terapia bioenergética, dinámica gestalt por medio de la expresión corporal y artística. Estudiante experta y practicante de ingeniería emocional (MAT)

Lugar: Espacio de retiro, paz y autoconexión «el Manantial de la risa». Situado cerca de la estación de tren de cercanías de las Zorreras. (Madrid)

*Si te animas o quieres más info escríbeme o llámame al teléfono 657981290*

Más info:

El taller y el material.

Pintamos en un taller luminoso, no muy grande, donde pocos elementos distraen la vista. Las paredes están revestidas con paneles de madera sobre los cuales pintamos en grandes pliegos de papel. El tamaño grande de las hojas permite una amplia expansión del cuerpo. Cada persona pinta de pie, de cara a su hoja, central en su tarea y en compañías silenciosa de los demás. Pintamos con una pintura específica que está concebida para el trabajo arteterapéutico. Es de una gran calidad lumínica como no tóxica como soluble al agua, y de una densidad agradable. Los distintos tonos de color se pueden mezclar entre sí y son cubrientes. Esto último es importante para el trabajo en el cuadro, ya que permite tapar y retocar partes de las imágenes con las que no estamos conformes.

Todo el material necesario para pintar pinceles esponjas espátulas cuencos y pinturas se encuentra a disposición de los pintores. Durante la sesión me ocupo tanto de la disposición y de la limpieza del material, y del cambio de las hojas.

La disposición sencilla del taller y el hecho de trabajar siempre con el mismo material son partes importantes de este encuadre arte terapéutico porque facilitan la atención de los participantes en la tarea de pintar y posibilitan profundizar en la expresión plástica.

La pintura permite ser manejada tanto con las manos como con los pinceles. Aunque haya pinceles en el taller las manos son nuestras herramientas más importantes. Ellas posibilitan un trabajo muy directo en la frontera del contacto (la piel) y nos conectan con informaciones registradas en el cuerpo, a menudo inaccesible a las palabras. Por lo general, el contacto con lo pintado suele ser más profundo si se pinta directamente con las manos. El uso de las manos no es una consigna inamovible, fomento su uso, pero según el ritmo de la persona coma porque muy a menudo el uso de las manos requiere tiempo y significa superar muchas barreras..

Al ser pinturas al agua su manejo es muy sencillo y eso confiere seguridad casi desde el principio y permite abordar la tarea de pintar con confianza. Durante el proceso tendrá lugar un aprendizaje plástico, siempre enfocado desde la necesidad de expresión de cada uno.

El silencio y el grupo

 El silencio forma parte inmaterial de este enfoque. No comentamos el trabajo ajeno. Esta práctica no es un trabajo grupal propiamente dicho el grupo acompaña y potencia el trabajo creativo y personal de cada uno pero no interviene de forma activa el trabajo corporal.

El cuerpo y las manos

 El cuerpo es de suma importancia a la hora de pintar. Es el receptáculo de las impresiones sensoriales, tanto internas como externas, y es el medio de expresión de las mismas a través de las manos. Es significativo que a veces aparece el deseo de no quitarse la pintura de las manos después de pintar. El contacto directo de la piel con el color y la hoja facilita el acceso a emociones, a veces, largamente almacenarse en el cuerpo sin ser reconocidas.

La postura

La postura de pie facilita el apoyo y la expansión del cuerpo, nos procura una acusada sensación de presencia y se hacen fácilmente visibles nuestras inhibiciones y bloqueos corporales. Eso permite a la persona que pinta a darse cuenta de actitudes corporales que están fuera de su conciencia.

La duración.

La importancia del ciclo completo.

Tiene una duración más larga que una sesión de terapia hablada por las características de la pintura ya que necesita tiempo para desarrollarse tanto en el trabajo individual como en el grupal hay un espacio de diálogo previo a la pintura y un tiempo al final para compartir la experiencia. Lo pintado el anterior sesión está colgado en la pared y es la puerta de entrada a la nueva sesión. A veces se trabaja durante varias sesiones con un mismo cuadro.